Ayer era un día muy especial. Había quedado con Lola y José Manuel para llevarle por fin la medalla a su hijo Manuel. El 7º protagonista del #RetoPichón2021. Hace tres meses, a los pocos días de conocerlo, tuve que hacer un parón en las pruebas de este año. Una infección importante y dos operaciones en el pie derecho me han impedido participar en los retos que tenía previstos. Pero le había prometido que la conseguiría y se la llevaría.

Le propuse a 4 amigos que participaran como embajadores del #RetoPichón en una carrera muy especial.

Como iban pasando las semanas y la recuperación estaba siendo muy lenta, empecé a ser consciente de que no me daría tiempo hacer ninguna prueba más este año. Y le propuse a 4 amigos, a Antonio Jurado, Ivana Benítez, Manu Navarro y Jesús Rey, que participaran como embajadores del #RetoPichón en una carrera muy especial para mí: el Ultramaratón de la Vida, – 50 kilómetros en Sanlúcar de Barrameda – para conseguir las medallas que faltaban. Antonio se iba a encargar de la de Manuel. Y sabía que iba a luchar con todas sus fuerzas para conseguirla. Así fue.

Tenía muchas ganas de verle la cara. Es un niño de 12 años muy especial, que parece más mayor de lo que es. Pero como cualquier otro niño de su edad, le gusta jugar, reír, el fútbol, etc. Habíamos quedado a las 5 en su casa, en La Puebla de Cazalla. Un pueblecito de 11.000 habitantes a 60 kilómetros de Sevilla. Llegue un poco antes, pero no esperé y llamé a la puerta. Salió Lola con la alegría y la fuerza que le caracteriza. Le estreche la mano a José Manuel, su padre y allí estaba él. De pie. Nervioso. Sonriendo. Nos dimos un fuerte abrazo.

Con la gran hospitalidad que les caracteriza, sus padres me dijeron que me sentara en el salón, que me tomará algo para merendar y le grité: “Manuel ya tengo tu medalla, ha costado, verdad?”. Sonrió.

Estuvimos toda la tarde hablando de muchas cosas. De cómo habían ido estos tres meses, de cómo le iba en el colegio, de sus buenas notas, de las matemáticas, de lo necesario de su profesora de apoyo, del Betis. Y de la importancia de que se destinen muchos recursos a la investigación de la Piel de Mariposa, la única manera de encontrar una cura para él – se puso muy serio y pensativo – . Entonces, quiso grabarse un video conmigo para gritarlo al mundo.

Me encantó verlo comer bien, reírse con las bromas de la mesa de al lado.

Cuando llegó la hora de cenar, me llevaron a un sitio espectacular. Me encantó verlo comer bien, reírse con las bromas de la mesa de al lado. Seguimos hablando de otras muchas cosas. Pero llevaba un día de muchas emociones. Estaba cansado y nos fuimos pronto para que pudiera acostarse y descansar mucho. Al día siguiente tenía colegio.

Tocaba despedirse. Darles las gracias de corazón a Lola y José Manuel, por muchas cosas. Por permitirme entrar en su casa, por permitirme conocer a Manuel, por su ejemplo. Y como le dije a él. “Nunca te olvidaré, ya siempre vendrás conmigo”.

Falta mucho dinero para la investigación

Ya de vuelta, estuve pensativo todo el camino. Tenía una doble sensación: por un lado, de alegría al haberlo visto sonreír, contento con su medalla. Y por otro, porque falta mucho dinero para la investigación. La única forma de que se curen todas las personas con Piel de Mariposa.

Muchísimas gracias de corazón a Antonio, Ivana, Manu y Jesús por ser los mejores embajadores. Esto es el #RetoPichón, equipo, deporte y solidaridad.

¡Hasta muy pronto!

Tenemos que ayudarles, a ellos y a todas las personas que sufren esta enfermedad. Si quieres colaborar con el #RetoPichón2021 puedes hacer tu donación al IBAN de la Asociación Piel de Mariposa: ES60 2100 1746 1802 0006 0048 (La Caixa) o al BIZUM 01814 con el concepto #RetoPichón.